lunes, 13 de agosto de 2018

HTML5: Computación en la nube

Computación en la nube es un paradigma que está muy de moda a la hora de publicar esta entrada. Realmente no es nada nuevo ya que, desde la aparición de internet, se trata de ofrecer servicios a través de la web.

Poco a poco y  a medido que la web ha ido evolucionando se han ido incorporando a la web servicios cada vez más complejos orientados a cubrir una amplia gama de necesidades.

Ya no solo se habla de ofrecer un servicio específico, como la de gestionar nuestras cuentas bancarias mediante la web, sino la de trasladar toda nuestra infraestructura, computadores, servidores y nuestro más preciado activo, la información o datos, a la web.

Es decir, computación en la nube, implica que tanto las aplicaciones que usamos y los datos residen en servidores de la web y ya no necesitamos instalar en nuestro computador, por ejemplo, las herramientas de office (Word, Excel, Powerpoint, etc); sino que ingresas a un sitio web donde ofrecen el acceso a dichas herramientas y un espacio donde puedes almacenar tus archivos.

Muchos de los sitios que conocemos utilizan para implementar la computación en la nube la tecnología DHTML, que está conformada por una combinación de HTML, CSS, JavaScript y DOM, entre otras. Pero como siempre ha ocurrido desde su creación, la web sigue evolucionando. Aparece luego AJAX que permite que las aplicaciones sean servidas por el servidor y ejecutadas en el navegador cliente del usuario sin necesidad de recargar la página, mejorando la interactividad, velocidad y usabilidad de estas aplicaciones manteniendo una comunicación asíncrona en segundo plano con el servidor.

Para impulsar e implementar nuevas características de la computación en la nube (cloud computing) se ha desarrollado HTML5, que es la última versión al momento de HTML.

Entre las ventajas que tenemos de adoptar el paradigma de computación en la nube, tenemos:

  • Movilidad total. Acceso a las aplicaciones y datos desde cualquier sitio donde tengas un computador con un navegador conectado a internet.
  • Siempre actualizados. Ya no es nuestra tarea, la de estar atentos de las últimas versiones de las aplicaciones que utilizamos, ni de instalarlas y realizar conversiones a nuestros archivos. El proveedor del servicio se encarga de actualizar las aplicaciones a la última versión, así como las correspondientes conversiones que se requieran para que nuestros archivos y datos sean compatibles con dichas versiones. 
  • Independencia de Hardware y Software. Ya no estamos atados a utilizar un determinado equipo o dispositivo con un sistema operativo específico. Podemos utilizar computadoras, tablets, teléfonos celulares inteligentes, etc. para acceder a nuestras aplicaciones y datos mediante el navegador conectado a internet.
  • Mínima inversión. Con la computación en la nube no necesitamos comprar un computador. Desaparece el concepto de computador personal en el que teníamos nuestras aplicaciones y datos. Si nuestro equipo tenía alguna falla corríamos el riesgo de perder nuestra información. Ahora ya no tenemos que preocuparnos por fallas o daños, ya que cualquier computador o dispositivo con un navegador y conectado a internet es nuestro computador personal. Si se daña, nada pasa a nuestras aplicaciones y datos que están en la nube.
  • Bien respaldados. Tampoco tenemos que preocuparnos por realizar respaldos o copias de seguridad de nuestras aplicaciones y datos. Nuestro proveedor se encarga de ello.
  • Totalmente inmunes. Al estar nuestras aplicaciones en la nube, es tarea de nuestro proveedor mantener su plataforma protegida de virus y otras amenazas que atenten contra las aplicaciones y datos.
Como en todo, nada es totalmente perfecto. Así como hay muchas ventajas, el principal obstáculo a la hora de decidir a adoptar este paradigma, es la seguridad e integridad de nuestros datos. Las empresas proveedoras de servicios bajo este paradigma ofrecen servicios con mecanismos de protección muy sofisticados; pero siempre existe la posibilidad de romper estas barreras de seguridad.

En ocasiones estos sistemas fallaron y miles de usuarios se vieron afectados en la pérdida de su información. Tal es el caso de Facebook que en el año 2010 unos 150.000 usuarios perdieron los datos de sus contactos y fotos que habían publicado en su cuenta. También en Octubre del 2010, se publicó que alguien con pocos conocimientos era posible hackear una cuenta de Facebook. También en Febrero de 2011, miles de usuarios se vieron afectados al perder sus correos en sus cuentas GMail; servicio ofrecido por Google.

Un aspecto de suma importancia al considerar si trasladarnos a este paradigma es evaluar la disponibilidad del servicio de internet que se presta en nuestra zona de operaciones, ya que para empresas físicamente establecidas es necesaria tener una alta disponibilidad del servicio, cercana al 99.99% y más. Para contextos personales o pequeños grupos de trabajo que no tienen un asentamiento físico esto no es tan crítico, ya que con movilizarnos a otra zona que haya conectividad habremos resuelto nuestro problema y podemos acceder a nuestros datos mediante las aplicaciones que residen en la nube.

Para mayor información puede consultar el siguiente video.






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